CALIFICA ESTA ENTRADA:
Hay una parábola dicha por Cristo que ha sido la más pervertida y malinterpretada por la Iglesia Católica y muchas otras organizaciones religiosas a lo largo de los siglos, y esa parábola es la del rico y Lázaro, registrada en Lucas 16:19-31.
En este estudio bíblico se estudiará atentamente dicha parábola y se analizarán los argumentos falsos que la cristiandad apóstata esgrime para apoyar las tesis de la inmortalidad del alma, el infierno, entre otras.
LA PARÁBOLA
19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,
21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado por esta llama.
25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
30 El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.
31 Más Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
LA INTERPRETACIÓN DE LA CRISTIANDAD APÓSTATA
Tanto la gran ramera (la iglesia católica romana), como sus hijas rameras (las iglesias separadas de Roma, pero que tienen doctrinas en común con su madre romana) han enseñado durante siglos que esta parábola de Cristo enseña la doctrina de los sufrimientos eternos en el infierno, así como la doctrina de la inmortalidad del alma. Según todas esas sectas falsas esta parábola enseña LITERALMENTE lo que sucede con el espíritu de los salvos y de los condenados en un “más allá” ANTES de la resurrección, es decir, ellos enseñan que lo relatado en dicha parábola del rico y Lázaro sucede entre la muerte y la resurrección.
Según esas sectas rameras, dicha parábola enseña la doctrina de que los condenados ya están ardiendo en el Infierno, y los salvos ya están en el cielo. Sin embargo, contrario a las Sagradas Escrituras que jamás enseña tales cosas y con el uso de la misma se demostrará que dicha parábola ni enseña la doctrina diabólica de los sufrimientos eternos, ni enseña la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma, ni tampoco enseña lo que ocurre con el espíritu de los muertos en un “más allá” antes de la resurrección, es decir, ¡todo lo que enseñan esas sectas falsas respecto a esta parábola es un tremendo y muy peligroso error doctrinal!, producto solamente de una pervertida y diabólica exégesis de esa parábola de Cristo. Por lo tanto, estudiaremos ahora dicha parábola, a la luz de la Biblia.
EXÉGESIS VERDADERA DE LA PARÁBOLA DEL RICO Y LÁZARO
Lo primero que suelen decir los falsos maestros que han pervertido el verdadero significado de esta parábola es que -según ellos- no se trata de una parábola, sino de una historia real y literal. Esto es completamente falso y ridículo, ya que esta parábola es la última de seis parábolas seguidas, y que son las siguientes:
1- Parábola de la gran cena (Lucas 14:15-25).
2- Parábola de la oveja perdida (Lucas 15:1-7).
3- Parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8-10).
4- Parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32).
5- Parábola del mayordomo infiel (Lucas 16:1-13).
6- Parábola del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31).
Los que han pervertido el significado verdadero de esta parábola suelen decir que no se trata de una parábola, porque se mencionan nombres propios: Lázaro y Abraham, sin embargo, ese argumento es una falacia, porque el hecho de que se mencionen nombres propios no significa que no sea una parábola. Ya ha quedado demostrado que se trata de la última de una serie de 6 parábolas, por lo tanto, es imposible que se trate de una historia real y literal.
Pero no solo eso, esta parábola del rico y Lázaro empieza exactamente igual que la parábola anterior, la del mayordomo infiel, las dos parábolas empiezan así: “Había un hombre rico…” Esto demuestra sin ninguna duda que esta parábola del rico y Lázaro de ninguna manera es una historia real o literal. Por lo tanto, el primer argumento falso que esos falsos maestros esgrimen ya ha quedado pulverizado.
Pero no solo eso, esta parábola del rico y Lázaro empieza exactamente igual que la parábola anterior, la del mayordomo infiel, las dos parábolas empiezan así: “Había un hombre rico…” Esto demuestra sin ninguna duda que esta parábola del rico y Lázaro de ninguna manera es una historia real o literal. Por lo tanto, el primer argumento falso que esos falsos maestros esgrimen ya ha quedado pulverizado.
Los tres estaban muertos, no vivos
Lo primero que dijo Cristo en esa parábola es que tanto el rico, como Lázaro, estaban MUERTOS (v.22). Por lo tanto, si ellos estaban muertos, entonces no estaban vivos en ningún más allá.
Cristo no dijo por ninguna parte que el pobre Lázaro fuera llevado al cielo, sino al SENO DE ABRAHAM, ¿y qué es el seno de Abraham?, pues sencillamente el PECHO de Abraham, ya que el seno es el pecho. Por lo tanto, decir que Lázaro estaba en el cielo es mentira, eso no lo dijo Cristo por ninguna parte.
Seguidamente Cristo dijo que el rico fue SEPULTADO y estaba en el HADES. ¿Y qué es el Hades? Para empezar, la Biblia jamás dice que el Hades sea el infierno, la palabra griega que aparece en ese pasaje es HADES, no infierno. El Hades, según la Biblia, es el SEOL de los hebreos, y esto lo podemos comprobar, por ejemplo, en las palabras que el apóstol Pedro dijo en Hechos 2:27 “Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.”
El apóstol Pedro estaba citando sencillamente el Salmo 16:10 “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.” Ahora bien, ¿y qué es el Hades-Seol? la respuesta la tenemos en Hechos 2:29 “Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.”
Por consiguiente, el Seol-Hades es sencillamente el lugar de los muertos, es decir, el SEPULCRO, el cual está dentro de la tierra, esto lo podemos comprobar una vez más en el siguiente pasaje: “Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación” (Números 16:31-33).
El anterior pasaje es tremendamente claro y sencillo. La tierra se abrió, y se tragó a Coré y a sus aliados, y a todos sus bienes, y todos ellos descendieron vivos al Seol, cubriéndolos la tierra, por lo tanto, el Seol es la SEPULTURA QUE ESTÁ DENTRO DE LA TIERRA. La Biblia JAMÁS enseña que el Seol o Hades sea un lugar en un “más allá” donde van los espíritus de los muertos, al contrario, la Biblia enseña de forma irrefutable que el Seol-Hades está dentro de la tierra, y ahí van a parar todos los cadáveres que son sepultados y cubiertos por la tierra, ¡nadie vive en el Seol-Hades!, porque ese es el lugar de los muertos, no de los vivos.
Dicho esto, la pregunta lógica es la siguiente: ¿por qué entonces en la parábola del rico y Lázaro ellos aparecen vivos y hablando entre ellos? Esto lo sabremos en el siguiente apartado.
La parábola del rico y Lázaro es una prosopopeya
¿Qué es una prosopopeya? Según el Diccionario, la prosopopeya es una figura del lenguaje, que consiste en atribuir a las cosas inanimadas o abstractas, acciones y cualidades propias de seres animados. Pues bien, esta figura literaria aparece muchas veces en la Biblia, y la parábola del rico y Lázaro es una de esas prosopopeyas, donde Cristo hace hablar a tres personas muertas (Abraham, el rico y Lázaro) como si estuvieran vivos.
Veamos otro ejemplo bíblico de prosopopeya: “Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros. El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones. Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros? Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.” (Isaías 14:8-11).
El anterior pasaje del profeta Isaías es de una importancia crucial para entender este asunto. Todo el pasaje una prosopopeya, pues Isaías hace hablar a los cipreses, a los cedros del Líbano y a los muertos como si fueran personas vivas. Interpretar este pasaje de forma literal será falso y demencial. Isaías estaba hablando de la muerte del rey de Babilonia, el cual desciende al Seol (el Hades) y entonces los muertos que están en el Seol salen a recibirle y a burlarse de él, y la prueba irrefutable de que ese Seol es el sepulcro se encuentra en la frase: “gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán”. Aquí sin ninguna duda se está refiriendo a los gusanos de la putrefacción, los cuales cubrirían en el sepulcro (el Seol) al rey de Babilonia.
El Señor Jesús, siglos después, utilizó este mismo estilo literario, la prosopopeya, para contar la parábola del rico y Lázaro, y para enseñar a los oyentes lo que sucederá cuando el reino de Dios venga a la tierra, pues entonces los descendientes de Abraham (los creyentes) estarán con Abraham en el reino de Dios, mientras que los incrédulos, como el rico, serán atormentados por el fuego: “Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.” (Lucas 13:28-29).
Por lo tanto, la parábola del rico y Lázaro no enseña de ninguna manera lo que ocurre con los muertos en un “más allá”, sino lo que ocurrirá con los creyentes y con los incrédulos cuando el reino de Dios venga a la tierra.
Ahora bien, ¿estaba el rico ardiendo en el fuego? El rico no estaba ardiendo dentro del fuego, sino atormentado por el fuego.
En dicha parábola Cristo dijo que el rico estaba en el Hades (el sepulcro) atormentado por el fuego. La cristiandad apóstata deforma este pasaje, y pretende hacernos creer que el rico estaba DENTRO del fuego, pero eso es falso, por la sencilla razón de que el rico pidió una GOTA DE AGUA PARA REFRESCAR SU LENGUA. Si el rico estuviera dentro del fuego sería completamente ridículo pedir una gotita de agua para que su lengua se refrescara.
La explicación es muy sencilla: cuando uno está aterrorizado, la lengua se seca, y esto es lo que le ocurría al rico, él estaba aterrorizado o atormentado al ver el fuego donde iba a ser arrojado, y entonces tenía la lengua seca de sed, y por eso es que pidió que su lengua fuera refrescada.
Observe bien que esta parábola de ninguna manera enseña la doctrina perversa y diabólica de los sufrimientos eternos, lo que enseña esta parábola es que los incrédulos, como el rico, serán ATORMENTADOS POR EL FUEGO, pero no que ellos vivan eternamente en el fuego, ¡esto es muy importante que lo tenga en cuenta, para no ser engañado por esos falsos maestros de la cristiandad apóstata!
El propio Cristo dijo bien claro que Dios DESTRUIRÁ en cuerpo y alma a los malvados (Mt.10:28), y si él los destruirá, significa que no los conservará con vida por la eternidad en un sufrimiento sin fin, destruir o matar es todo lo contrario a conservar con vida.
El rico, Lázaro y Abraham no eran espíritus.
Aquellos que han deformado esta parábola del rico y Lázaro pretenden hacernos creer que Abraham, el rico y Lázaro eran espíritus, sin embargo, esto es falso, por la sencilla razón de que Cristo mencionó la LENGUA del rico, el DEDO de Lázaro, y el PECHO de Abraham, por lo tanto, ellos no eran espíritus, sino que tenían cuerpos físicos, una prueba más de que esta parábola de ninguna manera se refiere a lo que sucede con nuestro espíritu cuando morimos, sino que se refiere a lo que sucederá con los creyentes y los incrédulos cuando el reino de Dios venga a la tierra, entonces los creyentes, como Lázaro, estarán junto a Abraham en el reino de Dios, mientras que los incrédulos, como el rico, estarán siendo atormentados por el fuego, un fuego que después los destruirá en cuerpo y alma (Mateo 10:28).
Conclusión
Como hemos visto, la parábola-prosopopeya del rico y Lázaro no enseña nada de lo que la cristiandad apóstata pretende hacernos creer. Dicha parábola no enseña la doctrina diabólica de los sufrimientos eternos, ni tampoco la otra doctrina diabólica de la inmortalidad del alma.
El relato del rico y Lázaro NO ES UNA HISTORIA LITERAL, sino una prosopopeya, donde Cristo hizo hablar a tres personas muertas como si estuvieran vivas, y este mismo estilo literario es el que Isaías usó en el capítulo 14 versículos 8-11 para describir a los muertos que están en el Seol (el sepulcro), los cuales salen a recibir al rey de Babilonia, e igualmente describe a los cipreses y los cedros del Líbano hablando, ¡todo ello es una prosopopeya!, no una historia literal.
Aceptar la parábola del rico y Lázaro de forma literal lleva a conclusiones ridículas, porque entonces resulta que los salvos podrán ver y hablar con los condenados que estén en el lago de fuego.
En esta parábola Cristo sencillamente lo que hizo es enseñar que los creyentes estarán con Abraham, cuando el Reino de Dios venga a la tierra (Lc.13:27-29), mientras que los incrédulos, como el rico, estarán fuera del Reino de Dios, siendo atormentados por el fuego, donde después serán destruidos en cuerpo y alma (Mt.10:28), ¡esta es la verdadera interpretación de la parábola del rico y Lázaro!.
Basar en esta parábola-prosopopeya la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma, o de los sufrimientos eternos, es de locos y de personas con muy poco conocimiento bíblico.
Autor:Tito Martínez
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