Te vi ayer cuando comenzabas tus tareas diarias.Te levantaste sin siquiera orar a tu Dios, en todo el día no hiciste nada de oración. De hecho ni recordaste bendecir tus alimentos.
Eres muy desagradecido con tu Dios, y eso me gusta de ti. También me agradaba la enorme flojera que demuestras siempre en lo que se refiere a tu crecimiento cristiano.
Rara vez lees la Biblia y cuando lo haces estás cansado. Oras muy poco y muchas veces recitas palabras que no meditas.
Todo eso es útil para mi....
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