Continúa las vibrantes escenas tensionantes del primer capítulo donde Jocabed y su hija Miryam huyen de los soldados egipcios para poner a salvo al recién nacido, llegando a la rivera del río, Jocabed entrega en las manos de Dios a su hijo al dejarlo en el río, mientras su hermana será quién cuide de el durante toda la noche.
A la mañana siguiente Henutmira la hija el Faraón se prepara para bañarse en el río, es sorprendida por una cesta que ha quedado trancada entre los juncos, se escucha el llanto de un bebé hambriento y la princesa decide quedarse con él y ocultarlo a su padre, sabiendo que el es un niño hebreo y que está sentenciado a morir.
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